El Diaro: Proyecto en NY logra frenar deportaciones de inmigrantes
Nueva York — Sentados en fila sucesiva en una modesta banqueta y mirando casi todo el tiempo al suelo, cinco personas esposadas y con indumentaria color naranja aguardaban ayer su turno para acercarse a la mesa de la juez de la Corte de Inmigración de Nueva York, Noelle Brennan.
Es una imagen habitual en esa corte situada en la calle Varick, en el Bajo Manhattan, donde unos 900 neoyorquinos al año son procesados para conocer si son o no deportados. A la mexicana Mayra Rodríguez le tocó ayer la cruz, aunque probablemente no se hacía ilusiones. Rodríguez había sido arrestada por una infracción relacionada con tráfico de marihuana, pero eso era lo de menos: el visado de turista con el que había entrado en el país había caducado hace tiempo. Con mirada compasiva, la juez Brennan la despachó deseándola buena suerte en el futuro.
Rodríguez será deportada sin posibilidad de apelación, pero al menos la mitad de los más de 1,600 neoyorquinos que son procesados al año en las cortes de inmigración de Nueva York y Nueva Jersey, tendrían una posibilidad real de salvarse si cuentan con una representación legal adecuada.
Esa es la conclusión a la que ha llegado el New York Immigrant Family Unity Project (NYIFUP), una plataforma de varias organizaciones comunitarias que ha puesto en marcha un programa piloto pionero en el país para ofrecer defensa legal de calidad a los que están en proceso de deportación.
Desde que este programa, que está financiado por el Concejo Municipal, entró en funcionamiento el pasado noviembre, sus abogados han representado a 101 neoyorquinos, basándose en la necesidad respecto al nivel de ingresos. En el 50% de los casos, se pudo encontrar una vía para establecer un argumento de defensa, y el 17% de los clientes ya se han salvado de la deportación.
Juan Guzmán, un dominicano de 39 años, se encuentra entre los que podrán seguir en el país gracias a la intervención de NYIFUP. A pesar de que tenía una “green card” y llevaba en Estados Unidos desde los nueve años, Guzmán fue arrestado en la aduana del aeropuerto JFK tras un vuelo de vuelta desde República Dominicana. Dos delitos leves que había cometido hace 20 años fueron suficientes para que entrase en proceso de deportación.
Sus abogados consiguieron librarle temporalmente del proceso gracias a un permiso humanitario que concedió el juez por el historial de problemas mentales de Guzmán, que sufre esquizofrenia y un trastorno bipolar. Ahora están intentando que recupere su tarjeta.
“No tenía dinero para un abogado y vi mi futuro muy negro”, dijo Guzmán. “Estaba muy asustado de perder a mi familia y quedarme sin el tratamiento médico que tengo aquí y que tanto necesito”.
Por: Juan Matossian/EDLP